Es un sistema de acristalamiento compuesto por
dos hojas de cristal separadas entre sí por un perfil metálico perimetral
formando una cámara de aire deshidratado cuyo espesor puede ser, más
comúnmente, de 6, 10 o 12 mm. Lo que proporciona un mejor aislamiento térmico.
La reducción de los flujos de calor que
proporciona el acristalamiento doble respecto de un acristalamiento simple es
debida a la resistencia térmica del aire seco y en reposo encerrado en su
cámara. El calor siempre tiende a pasar por conducción a través del
acristalamiento desde la zona caliente a la zona fría.
En un edificio o terraza con frentes
acristalados sencillos se producen pérdidas de energía de
no menos de un 20%, a través de la superficie de las ventanas. El doble
acristalamiento disminuye dicha pérdida a menos de la mitad, con el consiguiente
ahorro de gas o electricidad.
Por tanto, ya sea invierno o verano, el doble acristalamiento
proporciona un interesante ahorro, en el consumo de energía, y en el tamaño y
rendimiento de las correspondientes instalaciones.
Para conseguir un mayor aislamiento acústico
al doble acristalamiento se le sustituye uno de sus vidrios por un vidrio
laminado de seguridad. El vidrio laminado deberá situarse hacia el interior.
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